La dieta es una pauta que norma el consumo habitual de alimentos. La palabra dieta proviene del griego dayta, que significa régimen de vida, pero se acepta como sinónimo de régimen alimentario. La dieta se define como el conjunto de cantidades y mezclas de alimentos que se consumen de manera habitual.
La pérdida de la capacidad del riñón para filtrar, depurar y equilibrar la sangre en la insuficiencia renal crónica, requiere ajustes en la dieta del grupo de pacientes con esta enfermedad.
Los objetivos fundamentales de la alimentación en el paciente con insuficiencia renal crónica son:
• Retrasar la progresión de la enfermedad.
• Evitar la toxicidad por la acumulación de sustancias de desecho.
• Mantener un estado nutricional óptimo para evitar las complicaciones.
La desnutrición es una complicación frecuente en la insuficiencia renal crónica.
El propósito de la dieta en el paciente con insuficiencia renal crónica es mantener el equilibrio de proteínas, electrolitos, minerales y líquidos. La alimentación dentro de este grupo de enfermos es importante, ya que la disminución de la capacidad renal provoca acumulación de sustancias de desecho en el organismo. En los pacientes que se encuentran en etapa avanzada de la enfermedad, la diálisis no elimina de manera efectiva todas las sustancias de desecho, las cuales también, se acumulan entre las sesiones dialíticas.
Los pacientes con insuficiencia renal crónica tienen diferentes necesidades de acuerdo con su peso, talla, función renal y edad. Un plan alimenticio diseñado que tome en cuenta estas características, reduce las sustancias de desecho que produce el organismo.
Existen varios elementos que se deben considerar en la dieta del paciente con
insuficiencia renal crónica como son:
• Líquidos.
• Proteínas.
• Sal (sodio).
• Potasio.
• Fósforo.
Los niveles en sangre de cada uno de estos nutrientes deben ser medidos periódicamente con el objetivo de mantenerlos en concentraciones óptimas.