Sobre el lío de la diálisis en Guatemala
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En medio de la tensión política que vive Guatemala, se ha detonado un conflicto donde está involucrada una de las empresas mexicanas con mayor crecimiento y expansión en los últimos años. Se trata de Pisa Farmacéutica, que está cumpliendo 70 años y de las pocas que en pleno periodo de estancamiento viene creciendo a ritmos de 25% anual.
Pisa hoy se ubica como líder nacional en la venta de productos para pacientes renales y en la prestación del servicio de diálisis peritoneal, pero en realidad se ha convertido en la principal farmacéutica en México superando a varias multinacionales.
Es importante conocer el contexto en el que se dan los hechos en Guatemala para entender por qué está habiendo una guerra contra esta empresa cuyos dos de sus directivos en aquel país están encarcelados junto con otros 40 funcionarios sospechosos de corrupción.
Hasta hace poco, en Guatemala no había competencia en la prestación de diálisis peritoneal. Sólo la daba la alemana Baxter, que cubre el mercado de diálisis en toda Latinoamérica desde hace muchos años.
En diciembre, Pisa por primera vez ganó la licitación del Instituto Guatemalteco del Seguro Social (IGSS) con un precio 18% menor que el ofrecido por la otra empresa. En febrero, Pisa empezó a dar las terapias a los 600 pacientes renales del IGSS, pero con el escándalo en medios, en mayo el contrato se echó para atrás, dándoselo de nuevo a Baxter. Hay que saber que Pisa inició con las terapias de diálisis en 1998 a partir de que el gobierno mexicano le pidió involucrarse en este nicho, para así crear competencia frente a la empresa alemana que tenía la totalidad del mercado de terapia para insuficiencia renal.
Pisa así lo hizo, y en ese entonces recibió acusaciones públicas muy parecidas a las que hoy recibe en Guatemala; que sus equipos no servían porque generaban infecciones, peritonitis y mataban a los pacientes. Después se calmaron, pero volvieron a encenderse cuando en el 2008 Pisa ganó su primera licitación grande de parte del IMSS. Conforme fue tomando el control de los pacientes, las cosas se calmaron y hoy el mercado de diálisis en México está muy repartido.
Un factor importante: los sistemas de las empresas que realizan diálisis peritoneal son muy diferentes, y por tanto, cuando una institución decide irse con otro proveedor por mejor precio y condiciones, el nuevo debe cambiar el catéter por donde se conecta el paciente al equipo para realizar varias veces al día la desintoxicación del organismo a través del peritoneo. Es un proceso común, pero no deja de ser invasivo y agresivo para el paciente, de modo que con frecuencia genera infecciones y un índice elevado de mortalidad.
Dentro de su estrategia de globalización, Pisa ha extendido su presencia en Canadá, Sudamérica y ya tiene un pie fuerte en Estados Unidos. Es de las farmacéuticas mexicanas que están aprovechando los convenios logrados por la Cofepris con sus homónimos en América Latina. Hasta ahora tiene mayor fuerza en Colombia, donde hay fuerte competencia, y en Venezuela, donde se ha achicado por razones conocidas. Tiene oficinas en Perú, Panamá, Honduras y Venezuela; en Chile apenas está entrando. En Guatemala ya vende desde hace años, pero hasta ahora no había ganado una licitación importante; lo mismo en El Salvador, donde de igual manera se le acusa de problemas en sus equipos, pero ahí, donde no hay los problemas políticos de Guatemala, las propias autoridades salvadoreñas le están pidiendo que aguante porque lo que más les interesa es que haya competencia en esta terapia tan costosa y tan vital para cualquier sistema de salud.
Esta columna deja de publicarse unas semanas, y estamos de regreso en agosto.