La importancia del control del líquido para los pacientes en hemodiálisis

20.02.2016 11:28

1227545898904_fUno de los aspectos fundamentales para los pacientes en hemodiálisis es el control de la dieta y de la ingesta de líquidos. De su adecuado cumplimiento depende, en gran medida, el evitar que surjan complicaciones, y con ello lograr que su situación clínica sea la mejor posible.

Por lo que respeta a la alimentación, en un porcentaje muy alto de pacientes, ésta tiene que ser baja en potasio y baja en sal, y en el resto, dependiendo de las características de cada paciente, se suele individualizar.

Pero en este artículo nos vamos a centrar en la ingesta de líquidos, un tema que trae de cabeza a muchos enfermos renales, quizá porque mientras están en prediálisis se les aconseja que beban mucha agua, y en cuanto entran diálisis se les dice todo lo contrario, que tienen que beber lo mínimo, lo cual, como es lógico, les provoca un desconcierto total, máxime cuando oyen por todas partes lo bueno y necesario que es beber agua, sobre todo en verano, todo lo contrario de lo que nosotros, sus médicos, les decimos.

Empezaremos por explicar el motivo de este cambio radical. Mientras el paciente está en prediálisis su situación es la de una persona con un riñón enfermo, que no filtra bien las toxinas porque funciona mal, por lo que el hecho de beber mucha agua facilita la diuresis y así las toxinas urémicas se retienen en menor medida, la orina que se forma está más diluida y no se daña tanto el riñón, se trata de preservar la función renal el mayor tiempo posible. Pero cuando empiezan en diálisis, en un porcentaje muy alto es porque ya no tienen función renal, por tanto, por mucho que beban no hay diuresis, con lo que al beber lo único que conseguirían es acumular líquido en el organismo. En los pacientes que aun mantienen una función renal residual la prohibición del líquido no es tan estricta.

Un paciente en prediálisis deberá de beber entre dos y tres litros diarios, mientras que al entrar en diálisis tendrán que beber lo justo para no deshidratarse. Los propios pacientes cuentan lo difícil que les resultan estos cambios de hábitos tan drásticos y para la mayoría es más difícil no poder beber, que acostumbrarse a beber varios litros al día. Se les explica que antes sí debían beber para preservar la función del riñón aumentando la ingesta líquida, pero ahora que ya la función renal es prácticamente nula y la diuresis disminuye hasta hacerse 0 en la mayoría de los pacientes, las consecuencias de beber en exceso son peligrosas (edema agudo de pulmón, HTA…).

Sin embargo, con frecuencia observamos que al prohibírseles sienten aun mas necesidad de beber, aquí juega un papel muy importante la psicología del paciente. Muchas veces no son conscientes de lo que beben hasta que no se le hace pararse y contabilizar realmente el líquido que ingieren a lo largo del día, contando que los alimentos tienen agua y que líquido no es solo el agua, también los refrescos, los cafés….es todo lo que no es sólido. Muchos nos dicen que no beben tanto, e incluso se asustan del líquido que traen entre una sesión de diálisis y la siguiente.

El primer paso por lo tanto es que tomen conciencia de ello, esta situación que parece una tontería, para nuestros pacientes es todo un mundo difícil de controlar. El control es más difícil como es lógico para los pacientes que orinen poco o no orinan y para los jóvenes pues lleva una vida más activa, que para las personas de edad avanzada.

Una vez que toman conciencia del problema y siguiendo una pautas como son: comer sin sal, las sopas lo mas espesas posibles, es mejor la comida solida que los purés siempre que se pueda, tomarse las pastillas con la comida en vez de con agua, y si es con agua que aprovechen un vaso para varias pastillas, si hay que disolverlas hacerlo en la mínima cantidad de agua posible, entre horas no beber y si tienen mucha sed mojarse o enjuagarse la boca para refrescarse,  en un alto porcentaje de pacientes el manejo del liquido de forma adecuada va a estar garantizado.

Dra. Ana Botella. Centro de Diálisis de Los Lauros – Majadahonda