Falla de máquinas genera nueva protesta en Unidad de Diálisis en San Félix

04.06.2015 21:43
La reducción del tiempo de las diálisis afecta la salud de los pacientes renales, quienes deberían recibir cuatro horas de tratamientoLa reducción del tiempo de las diálisis afecta la salud de los pacientes renales, quienes deberían recibir cuatro horas de tratamientoFotos Aníbal Barreto
     
 

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El IVSS descuenta el 27,5 por ciento de la partida asignada a la Unidad de Diálisis José Gregorio Hernández por algunas fallas que aún no ha corregido el centro de salud, desde el año pasado

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Un año de irregularidades

La doctora Amanda Gómez destacó entre las dificultades que enfrenta el centro de salud el constante aumento del salario mínimo, lo que conlleva al incremento de prestaciones sociales y demás beneficios, lo cual hace que inclusive pagar la nómina sea cuesta arriba.

En julio de 2014, las enfermeras de la Unidad de Diálisis José Gregorio Hernández redujeron a dos horas la duración del tratamiento dialítico en forma de protesta por deudas laborales, suscitadas a raíz de la disminución de la partida que asigna el Seguro Social.

Esto ocasionó que el IVSS reubicara a los pacientes, quienes se negaron a abandonar el centro y las cosas se normalizaron. Ahora es el centro de salud el que toma la medida que emprendieron las enfermeras hace un poco menos de un año, debido a la crisis.

 
     

ofaoro@correodelcaroni.com

Una nueva protesta empaña el funcionamiento de la Unidad de Diálisis José Gregorio Hernández, en San Félix. Esta vez los pacientes renales trancaron la calle frente al recinto para exigir a la junta directiva de la institución reactivar las nueve máquinas de diálisis dañadas desde hace tres semanas.

Por la avería, siete de las 16 máquinas están operativas. Por ello, el centro redujo el tiempo de las diálisis a dos horas por paciente en los tres turnos y así dializar a sus 76 pacientes.

Marcos Campos tiene tres semanas escupiendo sangre a causa del tratamiento incompleto, asegura. Las manchas oscuras en su cara también son signos de la afectación que le genera recibir solo dos de las cuatro horas de diálisis que debería.

Argenis Galván, otro paciente afectado, rechaza que la respuesta de la directiva ante la situación sea cerrar el centro de salud. Por esta razón los pacientes decidieron trancar la calle este miércoles con pancartas alusivas.

Faltan recursos

Galván describe a la comunidad de enfermeros y enfermos renales de la Unidad de Diálisis como una familia y se rehúsa a la idea de que cierren el centro de salud. “Hace una semana llegó un contenedor de medicamentos, hoy llegó otro. El Seguro Social manda todo, nos paramos es por la mala administración que hay de esos señores”, alega. Asegura que la junta directiva del recinto no invierte los recursos que el asigna el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

En representación de la Unidad de Diálisis solo estaba la doctora Amanda Gómez, miembro de la junta directiva. Explicó que la institución no cuenta con los recursos suficientes para sufragar la reparación de las máquinas, pues la empresa que realiza el mantenimiento pide el pago de sus honorarios en efectivo.

Agregó que ello es imposible por la falta de liquidez. Desde el año pasado el IVSS les ha descontado 50 por ciento de la partida asignada mientras el centro no mejora en ciertas áreas, de las que no hizo mención. La reparación de varias de ellas disminuyó el descuento de la asignación a 27,5 por ciento.

Gómez exclamó que “el problema está en el pago en efectivo que pide la empresa, porque nosotros estamos descapitalizados. Yo, como médico, no cobro un centavo desde abril del año pasado (…) si no alcanza ni pa’ pagar al médico y yo cedo lo que me corresponde para que paguen parte del personal” pues la asignación del IVSS solo alcanza para sostener la nómina.

César Rojas, uno de los pacientes afectados, aseguró que el descuento que realiza el Seguro Social se debe a que el centro de salud incumple con las normativas básicas que impone el Estado.

“¡No al cierre!”

Ante el rechazo de los pacientes al posible cierre de la institución, Gómez respondió que “si no tenemos dinero para pagar las máquinas ni para pagar los repuestos: ¿Cómo hacemos? ¿Cómo vamos a trabajar si no tenemos máquinas? Lo que yo puedo hacer es referir a los pacientes a otro centro asistencial” pues reconoció que la disminución de las horas de tratamiento afecta.

La mayoría de los enfermos se oponen a ser reubicados y piden al IVSS que sincere la situación, o bien que tome el control de la unidad José Gregorio Hernández o que habilite una nueva unidad pública.

Ingrid Ramírez indicó que vienen de Temblador, en el estado Monagas: “Yo traigo a mi mamá y tenemos que pagar 9 mil bolívares en cada viaje y yo no me puedo ir a un turno de 9:00 de las 12:00 de la noche en la Manuel Piar, ¡Cómo vengo de noche! ¡Cuánto me va a cobrar un carro!”.

Yudith Rivero, familiar de otro paciente, explicó que viene de Core 8 y que en la unidad de diálisis de la clínica Ceciamb no hay cupo para su esposo, quien está delicado de salud.

Factores como transporte y seguridad impiden a los pacientes aceptar una reubicación en ese horario, que es la única opción que ofrecen. “No queremos el cierre. No podemos darnos ese lujo. La vida de uno está en esa máquina”, concluyó Campos, pidiendo la intervención estatal.

El 30 de marzo de 2015 el doctor Ismael Ortiz, miembro de la junta directiva de la Unidad de Diálisis, declaró a Correo del Caroní que “todos los medicamentos y equipos médicos los aporta la unidad de diálisis mediante convenio con el IVSS” y que los pagos estatales no tenían inconvenientes, invitando a los pacientes “que no están de acuerdo con nuestra atención, tienen la plena y absoluta libertad de cambiarse para otro centro con solamente solicitárnoslo a nosotros”. Tres meses después hay ocho máquinas dañadas en el centro, se reduce el tiempo de las diálisis y los pacientes rechazan vehementemente ser reubicados a otro lugar.