Donar órganos, salvar vidas
De la presunción legal al altruismo vital
Las cifras del Ministerio de
Todo lo anterior evidencia la necesidad de que en Colombia aumente de manera sustancial la
Si bien es cierto que en Colombia en la última década ha aumentado el número de personas que en vida autorizan que al morir sus órganos sean extraídos, todavía persisten muchos tabúes y formas de pensamiento que impiden dicho procedimiento, que van desde motivaciones religiosas, mitos en torno a que el donante queda desfigurado o, incluso, el temor de los familiares del fallecido a que sus componentes anatómicos sean objeto de las redes de traficantes. Aunque las autoridades consideran que hay mucha ‘leyenda urbana’ alrededor de esas mafias que asesinan personas o compran sus órganos en morgues para luego venderlos en el extranjero, lo cierto es que el país todavía se
Aunque en el país existe una suficiente reglamentación para garantizar la donación y trasplante de órganos y tejidos, desde la Ley 73 de 1988 a la 919 de 2004, con su respetivo decreto reglamentario, se han presentado muchas dificultades para aplicar en la práctica la llamada “presunción legal de donación”, según la cual si no existe oposición patente a dicha práctica de la persona en vida o por su familia al momento de la muerte se puede proceder a la extracción, siempre y cuando no hayan pasado las horas máximas establecidas para asegurar la calidad de los mismos, y no exista ninguna contraindicación médica legal.
De allí la importancia del proyecto de ley que acaba de ser aprobado por el Congreso con el fin de establecer un marco regulatorio preciso que agilice la donación de órganos, restringiendo al máximo la posibilidad de que los familiares de una persona que nunca manifestó en vida su negativa, impidan dicha extracción tras su muerte. La norma que pasó a sanción presidencial también agrava las sanciones penales y administrativas para quienes trafiquen, vendan o comercialicen componentes anatómicos. Se prohíbe, por igual, la donación de órganos para extranjeros no residentes en el país, aunque sí es posible en materia de tejidos. Así mismo se crea un mecanismo especializado interinstitucional para regular todos los protocolos de detección de casos potenciales de donación por fallecimiento o cuadros de muerte encefálica, entre otros aspectos. De igual manera avanza otro proyecto, que pasó a tercer debate, mediante el cual en la cédula de ciudadanía y el pase de conducción una persona dejaría patente su autorización a la donación de órganos.
Como se ve, la legislación existente, la que está a punto de entrar en vigencia y la que está a medio camino en el Parlamento apuntan a que al acto altruista de la donación de órganos y tejidos se masifique en Colombia, con lo cual cada día serán más las vidas salvadas.