1 Si mi diagnóstico fue de lesión o enfermedad renal significa que tengo insuficiencia.
Falso. No siempre que existe enfermedad o lesión renal se alcanza la insuficiencia. Esta se diagnostica cuando los riñones desempeñan menos del 15% de su función normal.
2 Los únicos tratamientos para la insuficiencia renal son la diálisis o el trasplante de riñón.
Falso. Ante la presencia de insuficiencia renal, el objetivo del tratamiento será encontrar un reemplazo para la función de estos órganos.
Normalmente, la diálisis (sea hemodiálisis o diálisis peritoneal, que es un proceso para filtrar la sangre por medio de una máquina) y el trasplante (en casos muy severos) son las opciones.
Sin embargo, hay pacientes que, junto con sus médicos y dependiendo de un análisis detallado del caso, deciden únicamente tratarse con medicamentos para proteger la función del riñón lo más que se pueda, acompañado de cambios permanentes de alimentación y estilo de vida.
3 Si tengo insuficiencia renal, tengo que dejar de trabajar y hacer ejercicio.
Falso. El paciente con insuficiencia renal, dependiendo de cuán avanzada esté su condición, puede –e incluso debe- tratar de mantener su vida lo más normal posible y siempre con la orientación de su médico.
Permanecer en el trabajo y buscar una forma de ejercicio (caminatas, natación o yoga, entre otras) que le mantenga activo y motivado, es crucial para mitigar la depresión y ansiedad que pueden aparecer después del diagnóstico.
4 Si estoy recibiendo diálisis, puedo comer y tomar lo que quiera.
Falso. La diálisis no reemplaza todas las funciones de un riñón saludable.
El paciente deberá vigilar su dieta y consultar con su médico las cantidades recomendadas de ingesta de potasio, sodio, fósforo y líquidos.
5 Solo los adultos pueden padecer de insuficiencia renal.
Falso. Los niños también pueden presentar insuficiencia renal, especialmente si presentan enfermedad renal crónica (ERC).
Casi el 50% de los casos de ERC en niños es provocado por defectos congénitos en los riñones o la vejiga.
La otra mitad lo adquiere por la presencia de diversas condiciones como el síndrome nefrótico.
(La autora es médico general costarricense y gerente médico de Roche Centroamérica y Caribe).