Agota hemodiálisis recursos de enfermos
16.02.2016 13:41
Norma Zuñiga/
Ciudad de México— Miles de mexicanos acuden hasta tres veces por semana a realizarse una hemodiálisis debido a problemas renales, lo que convierte a este padecimiento en uno de los más costosos y complicados.
El problema, es que los organismos de salud públicos ni el Seguro Popular cuentan con recursos suficientes para atender la demanda por hemodiálisis, que ya se prevé como explosiva.
En últimos años el sector público se ha apoyado de la iniciativa privada a través de las subrogaciones, pero se estima que de los 160 mil pacientes que requieren estos tratamientos sólo la mitad es atendida.
Durante la última década las subrogaciones y contratación de servicios integrales de hemodiálisis en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se han disparado, pasando de 968 mil pesos a 2 mil 611 millones de pesos, según datos de transparencia.
Actualmente el Instituto ya depende del sector privado en el otorgamiento de este servicio, pues ahí se atiende 54 por ciento de los 24 mil derechohabientes que requieren este tratamiento.
En 2014, el IMSS gastó 22 mil 823 pesos en cada paciente con insuficiencia renal crónica que recibe un tratamiento de diálisis o hemodiálisis, para sumar un total de 13 mil 250 millones de pesos.
“No es suficiente ni el presupuesto ni la infraestructura para atender la problemática actual de los enfermos que requieren tratamiento sustitutivo de insuficiencia renal”, señaló Carlos Castro, presidente de Asociación ALE.
Y hasta para las empresas que otorgan la subrogación, se están echando para atrás en el otorgamiento del servicio.
En septiembre del año pasado, el IMSS realizó una mega licitación por servicios de hemodiálisis intramuros y extramuros de 2016 a 2019, con la que contrató a proveedores externos 9 mil 768 millones 880 mil 414 pesos.
Sin embargo según fuentes del sector, una de las principales empresas, Fresenius Medical Care, declinó firmar los 33 contratos que ganó en este proceso.
Castro explicó que al parecer en un intento por descartar a los pequeños proveedores que empezaban a surgir para ofertar este servicio, las grandes empresas bajaron tanto los precios que al final no pudieron sostenerlos.
El pago por cada sesión de hemodiálisis quedó estipulado en mil 142 pesos hasta 850 pesos, cuando anteriormente había sido de mil 400 pesos.
“Esa es la realidad, que hubo las licitaciones, se otorgaron y algunas están operando, otras como Fresenius no están operando”, mencionó.
Otros proveedores optaron por reducir sus costos cerrando clínicas, como hizo el Centro de Diagnóstico Ángeles.
Grupo Reforma consultó al IMSS y a Fresenius Medical Care sobre el tema, pero no hubo respuesta.
Durante el proceso, mencionó, también se otorgaron contratos dudosos, como una clínica en Tlaxcala que no estaba construida y aún así ganó en la licitación.
El riesgo en estos casos, resaltó Castro, es la vida de los derechohabientes que necesitan al menos tres sesiones de 3.5 horas a la semana.
Aunque la calidad de estos servicios en México está por debajo del promedio mundial, pues la sobrevida en el país es de 3 a 5 años y en el mundo de 5 a 9 años.
Norma Zuñiga/
Agencia Reforma | Martes 16 Febrero 2016 | 00:00:00 hrs
![Cortesía |](https://diario.mx/imagesnotas/2016/02/NAC1228053a271bf90_0.jpg)
Cortesía |
El problema, es que los organismos de salud públicos ni el Seguro Popular cuentan con recursos suficientes para atender la demanda por hemodiálisis, que ya se prevé como explosiva.
En últimos años el sector público se ha apoyado de la iniciativa privada a través de las subrogaciones, pero se estima que de los 160 mil pacientes que requieren estos tratamientos sólo la mitad es atendida.
Durante la última década las subrogaciones y contratación de servicios integrales de hemodiálisis en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se han disparado, pasando de 968 mil pesos a 2 mil 611 millones de pesos, según datos de transparencia.
Actualmente el Instituto ya depende del sector privado en el otorgamiento de este servicio, pues ahí se atiende 54 por ciento de los 24 mil derechohabientes que requieren este tratamiento.
En 2014, el IMSS gastó 22 mil 823 pesos en cada paciente con insuficiencia renal crónica que recibe un tratamiento de diálisis o hemodiálisis, para sumar un total de 13 mil 250 millones de pesos.
“No es suficiente ni el presupuesto ni la infraestructura para atender la problemática actual de los enfermos que requieren tratamiento sustitutivo de insuficiencia renal”, señaló Carlos Castro, presidente de Asociación ALE.
Y hasta para las empresas que otorgan la subrogación, se están echando para atrás en el otorgamiento del servicio.
En septiembre del año pasado, el IMSS realizó una mega licitación por servicios de hemodiálisis intramuros y extramuros de 2016 a 2019, con la que contrató a proveedores externos 9 mil 768 millones 880 mil 414 pesos.
Sin embargo según fuentes del sector, una de las principales empresas, Fresenius Medical Care, declinó firmar los 33 contratos que ganó en este proceso.
Castro explicó que al parecer en un intento por descartar a los pequeños proveedores que empezaban a surgir para ofertar este servicio, las grandes empresas bajaron tanto los precios que al final no pudieron sostenerlos.
El pago por cada sesión de hemodiálisis quedó estipulado en mil 142 pesos hasta 850 pesos, cuando anteriormente había sido de mil 400 pesos.
“Esa es la realidad, que hubo las licitaciones, se otorgaron y algunas están operando, otras como Fresenius no están operando”, mencionó.
Otros proveedores optaron por reducir sus costos cerrando clínicas, como hizo el Centro de Diagnóstico Ángeles.
Grupo Reforma consultó al IMSS y a Fresenius Medical Care sobre el tema, pero no hubo respuesta.
Durante el proceso, mencionó, también se otorgaron contratos dudosos, como una clínica en Tlaxcala que no estaba construida y aún así ganó en la licitación.
El riesgo en estos casos, resaltó Castro, es la vida de los derechohabientes que necesitan al menos tres sesiones de 3.5 horas a la semana.
Aunque la calidad de estos servicios en México está por debajo del promedio mundial, pues la sobrevida en el país es de 3 a 5 años y en el mundo de 5 a 9 años.